No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

lunes, 23 de marzo de 2015

ROJA AMAPOLA

Cabopá
Te encontré en un pedregal

no estabas sola, ababol.

Si ahora lo estás

no dudes en llamar,
otras te acompañaran.


jueves, 12 de marzo de 2015

NADA. NADA. NADA.


No escribo nada. Las fechas pasan montadas en nubes dibujadas en un calendario, de niña bonita como el año. En la fotografía fija están las ganas, las ideas, y, las palabras. Pero las letras no fluyen. Suben y bajan como si lo hicieran desde una azotea abstracta, llena de trastos y cachivaches por deshacer o por hacer. ¿Quién sabe?
 Me veo a través del espejo del cristal de un portar retratos con palabras derramadas por sus aristas las veo caer sobre la mesa  que al atardecer rojo-anaranjado, azafrán, como a mí me gusta  llamarlo, viendo  el mar y si no estoy  a su orilla. Me lo imagino.

Un día como el de mañana 13 de marzo de 2008, abrí esta ventana para ver quien había por ahí, encontré, ayudada por la estrella de los vientos a gente que se asomaba y pasaban, se quedaban y decían lo que el viento les soplaba. Entre los distintos puntos cardinales, entre los mares del Norte y del Sur o en tierras de adentro, soplaron vientos apacibles que transportaban las noches y los días.

No quiero que la nostalgia contagie y tiña el atardecer de un día de invierno que parece primavera. Aquí ya se huele a azahar. Sí quiero amanecer cada día con las “eses” de palabras como, sol, suerte, sal, salud, saber… Y todas las imaginables.
Hoy, por ayer hago un esfuerzo y saco de mí: “ Saco de nada, nada” algunas palabras escritas para celebrar con vosotros que mi ventana lleva abierta ocho años. Unas veces  entreabierta, otras de par en par. Nunca cerrada.
Cabopá